EL TRIBUNAL CONVALIDA LOS ACUERDOS CON LA IGLESIA
El Mundo, 23.2.07
El aval dado por el Tribunal Constitucional a los obispos para que puedan elegir o despedir a los docentes de Religión en base a su conducta ha generado una cadena de reacciones en sentidos opuestos. Desde la indignación de la principal afectada, una profesora canaria despedida por mantener otra relación tras su divorcio, pasando por la petición de una asociación de este colectivo y de sindicatos de la supresión de los acuerdos con la Iglesia, hasta la congratulación de otra organización por el fallo del Tribunal.
El fallo del TC viene motivado por la remisión, por parte del Tribunal de Justicia de Canarias, del caso de la profesora de religión María del Carmen Galayo Macías, a quienes las autoridades eclesiásticas de la isla no le renovaron el contrato por mantener una relación afectiva con un hombre distinto de su esposo, del que se había separado.
La sentencia considera que "el hecho de que el objeto de la enseñanza religiosa lo constituya no sólo la transmisión de unos determinados conocimientos sino también la fe religiosa de quien la transmite, puede implicar un conjunto de exigencias que desbordan las limitaciones propias de una empresa". […]
Confundidos con 'monjas y curas
El vicepresidente de la Asociación Nacional de Profesores de Religión, Luis Guridi, ha expresado su respeto por las decisiones judiciales aunque discrepó "absolutamente" de la sentencia del Constitucional.
A su juicio, el Constitucional confunde a los profesores de Religión "con sacerdotes o monjas" cuando "los docentes no tienen voto de obediencia a los obispos y además son "mayoritariamente laicos o seglares". Según Guridi, la misión de los profesores de Religión no es dar catequesis o adoctrinar a los alumnos sino "decir lo que la Iglesia piensa".
Luis Guridi anunció que seguirán "luchando" contra estas injusticias, y dijo que la Asociación estudiará la posibilidad de recurrir en España y la de llevar el caso a los tribunales europeos.
Advirtió, además, que el fallo del Tribunal Constitucional no ha tenido en cuenta la ley que se aprobó el pasado año y que estableció que los profesores de Religión se rigen por el Estatuto de los Trabajadores.
El vicepresidente de la Asociación Nacional de Profesores de Religión criticó este fallo porque, a su juicio, va a ser "un paso más hacia el talibanismo absoluto católico" y comparó la situación actual con el "nacionalcatolicismo" de los años cuarenta y cincuenta.
Visiones opuestas
Desde la Confederación de Sindicatos de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza - Intersindicales (STES-I), se ha subrayado la necesidad de que se deroguen los Acuerdos Iglesia-Estado, ya que que "algunos preceptos son inconstitucionales". "No sólo comprometen a las personas que imparten esa materia, que deben destacar, según la sentencia, por su recta doctrina y el testimonio de su vida cristiana, sino a todo el sistema educativo".
Asimismo, denunció que estos acuerdos "suponen la consagración de unos privilegios para una confesión religiosa que en un estado laico no tienen razón de ser". En esta línea, recordó que, en la actualidad, las 17.000 personas que ejercen esta función son pagadas por el Estado, "a pesar de que es el Episcopado quien les elige y despide a su antojo". […]
Ojo a este fallo (que vaya si lo es...). Su gravedad difícilmente puede exagerarse, pues inaugura oficialmente el neonacionalcatolicismo en España, con el aval nada menos que del TC. Éste ya más bien debería llamarse “TA” (Tribunal Anticonstitucional), aunque quizá le cuadra mejor lo de “TI” (Tribunal de la Inquisición) al servicio, como en los viejos tiempos, de la Iglesia Católica Romana (ICR). O, por conservar las siglas, seguramente el nombre idóneo sea “Tribunal Confesional”. No en vano usa categorías romanistas como la “fe religiosa” e incluso los supuestos signos externos de esa fe a la hora de dirimir un asunto relacionado con el profesorado de religión católica pagado por el estado, el cual además utiliza instalaciones públicas para ese adoctrinamiento.
Todo esto pasa por permitir la mezcla iglesia-estado, en contra de lo dispuesto por el artículo 16 de la Constitución (violada ahora por el propio tribunal encargado de velar por ella). Así, antes o después, las más altas instancias del estado acaban impartiendo “justicia” conforme a la ideología religiosa mayoritaria. La sentencia que comentamos es, con todo, gravísima por sí misma porque viene a consagrar ese sucio concubinato (y no hablamos precisamente del de la profesora divorciada), sentando jurisprudencia neomedieval (ver Sin fe, ni fu ni fa, de Fernando Savater).
La responsabilidad de esta situación, por cierto, no es sólo de la ICR, empeñada en sus propósitos de dominar las conciencias y doblegar al estado, ni del TC, complaciente con esos afanes. Los propios profesores de religión (como la docente cuyo caso ha motivado esta sentencia) tienen, en realidad, poco derecho a quejarse cuando ellos mismos vienen prestándose a cooperar en esa mezcla iglesia-estado, cobrando de éste y sirviendo a aquélla. De no haber tolerado las causas, ahora no sufrirían las consecuencias. Por no hablar de los sindicatos, incluso los que se autodenominan laicistas, que, con motivo de defender los derechos de los trabajadores, cuando menos consienten que profesores designados por las jerarquías religiosas (y que por tanto no han pasado por unas oposiciones, como el resto de profesores) vayan adquiriendo derechos equiparables a los de los funcionarios.
Contra este asunto sí que habría que convocar una gran manifestación, pero casi nadie parece darse cuenta de lo que está en juego aquí.
Y lo peor es que todo esto ya parece irreversible.... LEx