jueves, noviembre 01, 2007

Cardenal Tauran expone dificultades para diálogo con musulmanes

ACI, 19.10.07

El Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, Cardenal Jean-Louis Tauran, advirtió las dificultades que presenta el diálogo interreligioso con los musulmanes ya que ellos "no aceptan que se pueda discutir sobre el Corán, porque ellos dicen que está escrito bajo el dictado de Dios". […] El Purpurado indicó que en el momento actual el diálogo interreligioso puede darse "con algunas religiones, sí. Pero con el Islam, no por el momento. Los musulmanes no aceptan que se pueda discutir sobre el Corán, porque ellos dicen que está escrito bajo el dictado de Dios. Con una interpretación tan absoluta, es difícil discutir los contenidos de la fe".



La mayoría de las religiones consideran que sus creencias fundamentales son verdad, y por tanto irrenunciables (lo cual no impide que se pueda dialogar sobre ellas). Según el razonamiento de Tauran, no podría haber diálogo con los cristianos porque para ellos Jesús es indiscutiblemente el Hijo de Dios.

El Vaticano, que no deja de criticar el relativismo de nuestros tiempos, desea ahora que los musulmanes sean relativistas con su fe, mientras la Iglesia Católica Romana se mantiene dogmática en todas sus afirmaciones (ver
Ecumenismo cristiano). Tras numerosas paladas de cal a favor de los musulmanes (ver Los hijos de Abrahán), ahora llegan de nuevo las de arena contra ellos, según el hábil doble juego del “ecumenismo” papal. LEx

Al referirse a la reciente carta que 138 jefes musulmanes enviaron al Papa Benedicto XVI y a distintos líderes cristianos sobre el diálogo interreligioso, el Cardenal Tauran expresó que "si los creyentes fueran coherentes con su fe, el mundo podría ser diferente. Porque no son las religiones quienes hacen la guerra sino los hombres".

El Purpurado comentó luego que "las religiones son acusadas porque algunos se sirven de ellas para sus actos terroristas. La religión da miedo entonces, porque está pervertida por el terrorismo", como en el caso de los extremistas musulmanes. […]



Esos jefes musulmanes cayeron en la trampa papal: el discurso de Ratisbona era claramente ofensivo hacia el islam (y hacia los protestantes, no hay que olvidarlo, pues asociaba la irracionalidad teológica con la Reforma), pero en una astuta maniobra de supuesta petición de perdón el papado lo convirtió en herramienta de acercamiento hacia los líderes musulmanes (ver BXVI: ¿Apostando por la guerra?). Ahora el papa utiliza otras voces, como la de Tauran, para seguir pronunciando el discurso islamófobo de Ratisbona, y así continuar fomentando el esquema de musulmanes buenos (los que se acercan al papa) y musulmanes terroristas (todos los demás). LEx

El Purpurado francés explicó también que es importante que "en el diálogo entre creyentes, se diga que lo que está bien para unos también lo está para los otros. Se debe explicar por ejemplo a los musulmanes que, si ellos tienen la posibilidad de tener mezquitas en Europa, es normal que se puedan edificar iglesias en sus países", dada la limitación y prohibición que existe en las naciones islámicas para construir lugares de culto para los cristianos.



Insisten en el peligrosísimo planteamiento de la exigencia de reciprocidad, tan fácil de rebatir desde el punto de vista democrático (ver nuestra apostilla al respecto). LEx

Finalmente, el Purpurado explicó que "Benedicto XVI explicó que compartimos con los musulmanes y los judíos un tesoro común que son los Diez Mandamientos. […]



Otra de cal, basada además en un error, pues los musulmanes no creen en los Diez Mandamientos, tal y como los recoge la Biblia. Pero la ICR, que se autopostula garante de la Ley de Dios, tampoco cree en ellos, pues los ha modificado a su antojo, suprimiendo uno, transformando por completo otro, dividiendo en dos un tercero y retocando la formulación general (ver Una religión sin imágenes). LEx