domingo, mayo 19, 2013

Obama en el alambre



Lluís Bassets

Hay dos cosas al menos en las que Barack Obama ha superado a su predecesor, George W. Bush: en la liquidación a distancia de enemigos de Estados Unidos y en la persecución de los funcionarios lenguaraces e infieles. La mayor evidencia de lo primero es Osama bin Laden, que cayó abatido por un comando de Navy Seals el 1 de mayo de 2011, y de lo segundo el juicio al sargento Bradley Manning, detenido desde mayo de 2010 y pendiente de sentencia por colaboración con el enemigo como responsable de las filtraciones de Wikileaks.

El mayor número de órdenes presidenciales de ejecución se efectúan a distancia, con la tecnología de los aviones no tripulados y solo un cinco por ciento con armamento clásico, mediante misiles o bombas desde aviones o navíos tripulados o directamente por comandos como fue el caso del asalto de la casa de Bin Laden en Abottabad. El primer Bush que reacciona a los atentados del 11-S contaba con 50 drones (aviones no tripulados) con capacidad para ejecutar a distancia, mientras que Obama ya disponía el pasado año de 7.500, según el experto del Consejo de Relaciones Exteriores, Micah Zenko. Mientras que el presidente republicano autorizó medio centenar de ejecuciones, más que cualquier predecesor suyo, Obama ha autorizado 350 desde que llegó a la Casa Blanca. Entre estos fallecidos se hallaba el dirigente de Al Qaeda en Yemen, Anuar el Aulaki y su hijo, ambos ciudadanos estadounidenses.

La persecución legal de los funcionarios que difunden informaciones secretas es un caso menos frecuente que los drones, pero no menos escandaloso, entre otras razones porque son en EE UU una respetada figura pública, a la que se conoce como whistleblower, alguien que sopla el silbato para dar la alarma sobre una actuación incorrecta de la administración. […] El sargento Bradley Manning es el más destacado de los whistleblowers de Obama, pero no el único. Hay cinco más bajo investigación, el doble que las anteriores presidencias juntas.

Es evidente que no entraba en los propósitos de Obama superar a Bush en estos dos capítulos.

Si alguien, como hace Bassets, se cree acríticamente la propaganda del fraude llamado Obama, quizá sea “evidente”... Pero lo que indican todos estos datos es que Obama es un Superbush. LEx

El actual presidente llegó a la Casa Blanca con la promesa de cerrar Guantánamo, prohibir la tortura, retirar las tropas de Irak y terminar la guerra de Afganistán. […]

Y a pesar de que no sólo no ha hecho nada por cumplir todo eso, sino que además ha ido más lejos que Bush en ataques a la libertad, los obamistas seguís apoyándolo. LEx

El balance, justo cuatro años después, no puede ser más mediocre, sobre todo para el capítulo de los valores. Aunque ha podido cumplir una pequeña parte de sus promesas, sin duda respecto a la tortura y a Irak, no ha sido así con las restantes.

Si las intenciones de Obama fueran las que él dice y las que muchos se creen, hace tiempo que habría dimitido, denunciando que el Sistema le impide cumplir su programa. LEx

El incumplimiento sobre Guantánamo, de alto valor simbólico más allá de la vida miserable en que se hallan los 166 detenidos, revela su escaso músculo ejecutivo frente a un Congreso que no quiere facilitarle el cierre de la instalación y se regodea en la debilidad de su palabra.

Pobre Barack, que se le burla en el Congreso porque no consigue defender los derechos más básicos… LEx

Pero tanto con los drones como con las filtraciones, Obama ha profundizado en el legado de Bush, el presidente que levantó la prohibición de los asesinatos selectivos y obtuvo unos márgenes excepcionales de acción en la lucha antiterrorista de los que su sucesor sigue sacando partido.

Vamos, que es peor que Bush pero que se lo perdonáis por ser Obama. LEx

El espionaje a la agencia Associated Press ahora descubierto es la última prueba que sufre el imposible equilibrismo entre libertad y seguridad. La oposición republicana le reprocha e incluso atribuye, con intenciones de autobombo, las filtraciones sobre la desarticulación de un grupo terrorista en Yemen, de forma que la Casa Blanca encargó al Departamento de Justicia que averiguara el origen de las informaciones publicadas por los medios. De ahí salen los listados de las llamadas telefónicas efectuadas durante dos años por un centenar de periodistas de AP, actividad inquisidora de los fiscales que se añade a la obsesiva persecución de los whistleblowers desencadenada desde las filtraciones de Wikileaks.

Haga lo que haga el gobierno, incluso contra la prensa, la culpa será de “los fiscales”, de los malos asesores, de cargos subalternos… pero nunca de Obama. Como se ha dicho estos días por parte de periodistas de derechas, no sin razón en esta ocasión: si Bush hubiera hecho la mitad de lo que ha hecho Obama en este asunto del espionaje a periodistas, todos se habrían echado encima de él. Por eso y por mucho más, Obama es peor que Bush. LEx

Nada peor para un presidente que encontrarse en frente a los medios y a la primera enmienda, protectora de la libertad de prensa. Es una convocatoria a la artillería gruesa, que alcanza a proyectar la imagen del tramposo Nixon sobre su imagen impoluta, a atribuirle un descontrol inaudito de su administración y, en cualquiera de los casos, a dar por concluida la historia del narrador en jefe que encandilaba a propios y extraños. No es el único escándalo que asedia a Obama en el arranque de su segundo período presidencial, cuando debiera preocuparse ya por su legado político y se encuentra con la amenaza de que sea casi entero el que le dejó Bush.

No hay más ciego que el que no quiere ver. Y lo evidente es que Obama es la continuación de Bush. Pero para que la gente siga sin darse cuenta de ello, están periodistas como Bassets y medios como ‘El País’. LEx



viernes, mayo 10, 2013

El Papa advierte que no se puede vivir, amar y creer en Jesús sin la Iglesia




[…] El Santo Padre dio las gracias a los purpurados, «porque me siento muy bien acogido por vosotros, porque me encuentro bien con vosotros». El Obispo de Roma aseguró que la identidad cristiana «no es un documento de identidad», sino que la identidad es «pertenecer a la Iglesia».

«Encontrar a Jesús fuera de la Iglesia no es posible. El gran Pablo VI decía que es una dicotomía absurda querer vivir con Jesús sin la Iglesia, seguir a Jesús fuera de la Iglesia, amar a Jesús sin la Iglesia», afirmó. […]

El pontífice argentino exhortó a los fieles a caminar todos juntos, «llevando el nombre de Jesús en el seno de la Santa Madre Iglesia, jerárquica y católica, como decía san Ignacio de Loyola». […]

Se prodiga en gestos de aparente humildad, ofrece un trato igualitario…. Pero aquí está la verdad, que no podía ser otra que la eclesiolatría de siempre (jerarquista, por supuesto). LEx



Donde reside la dignidad



Juan Diego Botto, actor, participó activamente en las movilizaciones contra la guerra de Irak

Se cumplen diez años de la invasión de Irak. Diez años de aquel acto ignominioso que produjo cientos de miles de muertos y millones de desplazados, aquella guerra que destrozó todas las estructuras sociales que sostienen un país. En su momento, la invasión fue descrita como un golpe de Estado internacional. EE UU y sus escasos aliados se enfrentaban al mayor rechazo jamás organizado contra una guerra […]. Quizá por ello pusieron todo su poderío propagandístico, político, diplomático y militar encima de la mesa para ganar una batalla que para ellos tenía tanto valor estratégico y económico como simbólico. Torcieron la ley internacional con mentiras de corto recorrido para entrar a sangre y fuego en el país […].

[…] Las armas de destrucción masiva que justificaban la intervención, aquellas armas que nuestro presidente de entonces nos juró que existían, aquellas que iban a ser usadas de forma inminente contra la humanidad, nunca fueron halladas. No existían. Después llegaron los crímenes de guerra, el asesinato de periodistas, protegidos por las leyes internacionales que rigen las guerras, los casos de torturas y los asesinatos indiscriminados de civiles por parte de tropas regulares o de mercenarios. Y después, cuando todo se derrumbó, los conflictos sectarios. […]

Han pasado diez años de la guerra de Irak, diez años del NO A LA GUERRA. Una redactora de El País me ha pedido que hable de lo que supuso el activismo de aquellos años […]. Pero me da pudor hablar de nosotros, no puedo evitarlo, no puedo dejar de pensar en ellos, que lo perdieron todo y que lo entregaron todo. […]

Con respecto a nosotros, solo puedo decir que mereció la pena. Una y mil veces mereció la pena. Uno no lucha por la justicia solo porque crea que tiene opciones de triunfar, sino precisamente porque cree que los motivos de la movilización son merecedores de esa lucha. Ganar no es la medida de lo digno, de lo noble, de lo justo. Solo diré que vencimos en dignidad, en dejar claro que el pueblo español, de forma mayoritaria, rechazaba la guerra.

Aquello permitió que hoy podamos mirarnos a la cara sabiendo que hicimos todo lo posible. Aquello tejió redes de solidaridad y de activismo que se mantienen a día de hoy, y supuso la mayor implicación en la vida pública de toda una generación, así como su despertar a la política. […] Aquello permitió a toda una generación aprender algo que hoy es más importante que nunca: la realidad la debemos configurar nosotros y no delegarla en otros cuyos intereses son muy distintos a los nuestros. La historia es lo que nosotros, con nuestra implicación y lucha, hacemos de ella y depende de nosotros cambiar las cosas. Si creen que estoy exagerando, simplemente háganse esta pregunta: ¿Qué pensarías de ti mismo si nunca hubieras gritado NO A LA GUERRA?

Resulta pasmoso este autohomenaje de Juan Diego Botto (sin duda alguien socialmente concienciado). En él recuerda, con razón, las infamias contra Irak, pero olvida, ¿sorprendentemente?, lo que luego ha ocurrido y continúa ocurriendo contra Irán, Libia y Siria. ¿Es posible que tampoco él perciba que se trata esencialmente de lo mismo? ¿Y que hoy es aún más necesario que hace diez años el NO A LA GUERRA?.

Textos como éste prueban que la propaganda imperial ha ganado una gran batalla en estos diez años. LEx