El papa Francisco preside en la Basílica de San Pedro la Pasión de Cristo, la
primera de su pontificado, que ha comenzado orando durante varios minutos
tendido en el suelo.
Miles de personas, entre ellas el Cuerpo Diplomático
acreditado ante la Santa
Sede, asisten en el templo vaticano al rito del
Viernes Santo, único día del año que no se oficia misa.
Otro gesto de Bergoglio con “apariencia
de piedad“, pero que resulta opuesto
a lo que indicó claramente Jesús en Mateo 6: 5-6: «Cuando
ores, no seas como los hipócritas, porque ellos aman el orar de pie en las
sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos por los hombres; de
cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero
tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está
en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público»
(ver La
piedad como espectáculo). LEx
Tras la lectura de la Pasión de Cristo, el Predicador de la Casa Pontificia,
Raniero Cantalamessa, ha asegurado en la conmemoración de la Pasión del Señor que la
burocracia y las controversias impiden que el Evangelio llegue a los hombres, y
ha recordado las palabras de Cristo al santo de Asís, que dijo: “Ve,
Francisco, y repara la Iglesia”.
Ante el papa Francisco y miles de personas que han asistido
a la basílica de San Pedro del Vaticano, Cantalamessa ha insistido en que la
excesiva burocracia, la división entre los cristianos y las controversias del
pasado impiden que el mensaje de Cristo llegue nítido a los hombres y que es
necesario que la Iglesia
vuelva “a la simplicidad y a la sencillez de sus orígenes”. […]
Cantalamessa se refería a san Francisco […] “que en su lecho de muerte pidió a la Iglesia que llevara su
mensaje a todo el mundo y que ese amor hacia Él es lo que impulsa a los
creyentes a la evangelización. […]
“Sabemos cuáles son los impedimentos que pueden retener
al mensajero: los muros divisorios, como aquellos que separan a las distintas
iglesias cristianas entre sí, la excesiva burocracia, los residuos de los
ceremoniales, leyes y controversias del pasado, aunque se han convertido ya en
escombros”, ha dicho y echando mano de las palabras del papa Francisco, ha
invitado a los fieles a ir a “las periferias existenciales del pecado, del
sufrimiento, de la injusticia, de la ignorancia e indiferencia religiosa y de
todas las formas de miseria”.
El atractivo indudable de algunos mensajes del nuevo papa (y en este
caso de su predicador) sin duda despistará a muchos que no tengan en cuenta en
qué consiste el modelo ecuménico del papado, basado en la supremacía romana
(ver Ecumenismo
y autoridad). LEx
El religioso aseguró que en Cristo muerto y resucitado, el
mundo ha llegado a su destino final, y “ya han comenzado los cielos nuevos y
la tierra nueva”. “A pesar de todas las miserias, las injusticias y la
monstruosidad existentes sobre la tierra, con Cristo se ha abierto ya el orden
definitivo del mundo. […]
Cuidado con esta idea, pues la Biblia claramente establece que los cielos nuevos
y la tierra nueva sólo tendrán cumplimiento tras el regreso visible de Cristo a
la tierra (ver Apocalipsis
20:11-21:8). LEx
Cantalamessa se ha mostrado convencido de que la fe
cristiana puede volver a Europa y a un mundo secularizado, debido a que es
la única que da una respuesta segura a los grandes interrogantes de la vida y
la muerte. […]
Es digno de destacar cómo el diario ‘El
País’, que es tenido por laicista, está ofreciendo un tratamiento de los
asuntos papales digno de los medios católicos; hasta algunos de sus
colaboradores están tomando parte en la campaña de elevación de Francisco a la
categoría de principal líder
mundial (ver, por ejemplo, el post La
Iglesia ha encontrado un líder. ¿Y el mundo político? de Juan Arias). LEx