miércoles, diciembre 29, 2010

Cristo, ¿vuelve o no vuelve?

Juan Manuel de Prada

XLSemanal, nº 1206, del 5 al 11 de diciembre

Leonardo Castellani, en su libro El Apokalypsis de San Juan […] se pregunta por qué la propia Iglesia católica ha dejado de predicar la escatología, los misterios últimos que se siguen recitando en el Credo (segunda venida de Cristo o Parusía, resurrección de la carne, Juicio Final) e invocando en la liturgia de la misa («¡Ven, Señor Jesús!») […]. Lo mismo ocurre con las predicaciones del Adviento, que es el tiempo litúrgico establecido para recordar la primera venida de Cristo y anunciar su segunda; pero de la segunda nada se dice. ¿Por qué?

Yo creo que una de las causas principales del agostamiento de la fe en nuestra época es que los creyentes han dejado de creer en esta segunda venida; o, al menos, que han dejado de pensar en ella. Y, despojada de su horizonte escatológico (de su clave de bóveda), la fe acaba desustanciada, porque la fe «es sustancia de lo que se espera». […]

La respuesta a la pregunta de De Prada está en la misma teología católica del Adviento, un tiempo litúrgico que precisamente se opone al concepto bíblico de advenimiento (ver ¿Adviento o advenimiento?). LEx

Desde la perplejidad

Guillermo Juan Morado

InfoCatólica.com, 21.11.10

Sería un hipócrita si dijese que la controversia que acompaña a las palabras del Papa, sobre el recurso a los profilácticos para prevenir el SIDA, me ha dejado indiferente. No me ha dejado indiferente en absoluto. Eso sí, la prudencia aconseja esperar: Hay que leer el texto completo, hay que intentar saber exactamente qué ha dicho el Papa, hay que intentar ver cómo encaja todo dentro del edificio de la moral católica.

No hace falta que yo reitere mi adhesión al Papa, que es plena. Tampoco es preciso que resalte la estima que me merece Joseph Ratzinger –ahora Benedicto XVI– como pensador y como teólogo. Tal vez esta condición de hombre de pensamiento, una característica intrínseca del actual Papa, resulte “peligrosa”. Me explico: Da la sensación de que el Papa cree que todos los demás estamos a su altura, que sabemos tanto como él, que comprendemos, como si fuésemos teólogos que participan en un seminario científico, los porqués últimos de cada cosa.

No es así. El Papa expone, muchas veces, razonamientos complejos. Hace falta seguirlos desde la “a” a la “z”. Pero los medios de comunicación no entran en sutilezas. […]

Ya sé que un libro de entrevistas no es un acto de magisterio. Es obvio que si el Papa cree que es oportuno desarrollar tal o cual aspecto de la doctrina ha de emplear un medio proporcionado: una constitución apostólica, una encíclica, un “motu proprio”, por ejemplo. […] Resulta evidente, por todo ello, que el Papa, con sus declaraciones, no ha pretendido cambiar, ni modificar en nada, la doctrina católica. […] Cuando se habla de la sexualidad y del SIDA entran en juego dos mandamientos: el sexto y el quinto. No es moralmente legítimo ni cometer actos impuros ni matar. ¿Que es preferible que, si se peca contra la castidad, no se mate al cómplice? El sentido común nos dice que sí. No hay razón convincente que aconseje añadir al pecado de fornicación o de adulterio el de homicidio. Pero, entre mal y mal, nunca se puede aconsejar uno de los males, aunque sea menor. […]

Quizá en esta línea vayan las palabras del Papa. Pero se agradecería una argumentación más amplia y explícita. No están los tiempos como para esperar que cada católico sea, de la noche a la mañana, un experto en Teología Moral.

Uno de los ejemplos de Principio de Sí Contradicción (PsíC) más claros (y por tanto más confusos para el observador despistado; es decir, para la mayoría) es el asunto que se trae el Vaticano con el tema del preservativo, alentado recientemente por unas declaraciones papales. Tras la polvareda correspondiente, y tras la última palabra de Roma, todo ha quedado igual que lo recogido en nuestro artículo de julio ¿Cuál es la posición de la Iglesia Católica sobre el preservativo?; con la diferencia, claro está, de que el papado ha obtenido de este debate una rentabilidad todavía mayor.

Este texto de un joven sacerdote católico es un claro ejemplo de lo dañino que resulta intelectual y espiritualmente el papismo, que no es más que el sometimiento a la autoridad de un simple mortal al que se ha elevado a una posición semidivina. Son estos sinceros papistas quienes más perturbados quedan ante ciertas maniobras de PsíC; pero, a pesar de esta perplejidad, son incapaces de otra reacción que la de reafirmar su adoración hacia el causante de la misma. LEx

La OTAN se transforma

Editorial

El País, 20.11.10

La cumbre de la Alianza Atlántica en Lisboa, a la que sus participantes otorgan una dimensión histórica, está obligada en sus efectos a marcar un antes y un después, a riesgo de que, de no conseguirlo, quede en el panorama internacional como una maquinaria sin duda poderosa, pero sobre todo ineficaz y obsoleta. Los esquemas de la guerra fría no sirven ya para identificar las nuevas amenazas ni tampoco para combatirlas.

El aprobado documento que contiene el nuevo concepto estratégico de la Alianza, en el que han trabajado durante los últimos meses un equipo de expertos encabezados por la ex secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright, recupera la noción de seguridad frente a la más restrictiva de defensa. Este cambio implica un mayor acento en las iniciativas políticas como medio para prevenir el empleo de la fuerza, y también para asegurar que, en el caso de que esta fuera necesaria, la Alianza no se vea atrapada en situaciones como las vividas en el conflicto de la ex Yugoslavia o como la que planea sobre la intervención en Afganistán.

Afganistán se ha convertido en la prueba de fuego de la OTAN, una guerra que no es posible ganar militarmente y de la que las tropas aliadas, comenzando por las de un Barack Obama cada vez más presionado, necesitan salir manteniendo la dignidad. […] Mantener en el tiempo la actual situación de no victoria y no derrota favorece los intereses de los fundamentalistas, no los de la coalición internacional.

En una Alianza constreñida por las limitaciones presupuestarias militares de muchos de sus miembros europeos, el marco estratégico para los próximos 10 años pasa por mejorar las relaciones con una Rusia más predispuesta. Y la OTAN establece ahora como amenazas algunas que, hasta el momento, permanecían extramuros de su competencia expresa, como los ciberataques, el crimen organizado, el tráfico de personas, drogas y armas y la protección de las rutas energéticas. […].

La asepsia eufemística (pero ultrabelicista) de este editorial resulta repugnante (ver OTAN: Una ONU... a la fuerza). LEx

El Papa, a los musulmanes: «Reconocer la libertad religiosa debe ser recíproco»

La Razón, 11.11.10

[…] Benedicto XVI hizo alusión a la libertad religiosa en los países de mayoría musulmana tras los recientes atentados contra comunidades cristianas en Bagdad que han provocado decenas de muertos e instó al respeto recíproco entre cristianos y musulmanes.

“Una vez más quiero rebatir que la religión no puede justificar jamás la intolerancia y la guerra. ¡No se puede ejercer la violencia en nombre de Dios!”, dijo. […]

El Papa pidió el desarrollo de un diálogo entre cristianos y musulmanes “basado en la profundidad de valores como el respeto a la vida, los derechos inalienables del hombre y de la mujer y su dignidad, así como la aportación de otras religiones al bien común, teniendo en cuenta la distinción entre el orden socio-político y el orden religioso”.

“De hecho es el respeto y el diálogo –refirió Benedicto XVI– los que exigen la reciprocidad en todos los campos, sobre todo en cuanto concierne a la libertad religiosa y en particular, la libertad religiosa. “Ambas favorecen la paz y el entendimiento entre los pueblos”, afirmó. […]

Es muy oportuno que todos, siempre, insistamos en que no se puede ejercer violencia en nombre de Dios. Pero recordemos que este mismo papa jamás levantó la voz contra la manipulación del lenguaje religioso que tanto Bush como Blair realizaron repetidamente para justificar la guerra contra Irak (ver El eje Washington-Vaticano). Y sigue empeñado en vincular islam con violencia, pero sin “barrer en casa”.

Además, siendo monarca absoluto de una iglesia-estado, que para colmo interfiere permanentemente en todo tipo de cuestiones socio-políticas, ¡se atreve a hablar de la necesidad de distinguir entre el orden socio-político y el orden religioso, como si esta confusión de órdenes fuera privativa del islam!

Finalmente, apela a la reciprocidad en cuestión de libertad religiosa, una exigencia aparentemente equitativa, pero que contiene planteamientos liberticidas, como explicamos en el artículo ¿Reciprocidad o libertad religiosa?. A los argumentos ahí expuestos, hay que añadir la incongruencia de que alguien que constantemente está condenando el relativismo de nuestra civilización, proponga un modelo en el que la libertad religiosa no se concibe como un valor absoluto, sino condicionado a las acciones de otros, y por lo tanto un modelo relativista en el fondo. Para colmo, el criterio “reciprocista” viola el principio que supuestamente acababa de defender, el de separar el orden sociopolítico del religioso, pues lo usual es que requiera la intervención de los estados a fin de garantizar dicha reciprocidad. LEx

Solicito la intervención de Roma ante las declaraciones del Abad de Montserrat

Luis Fernándo Pérez Bustamante

Infocatólica, 15.10.10

El Abad de Montserrat, el P. Josep María Soler, […] preguntado por la ley del aborto, […] respondió que como creyente está a favor de la vida, desde el inicio hasta el final de la existencia de la persona. También dijo que la nueva ley convierte al aborto en un derecho, algo con lo que él no está de acuerdo. Hasta ahí, todo bien. Pero justo tras decir eso, el abad afirmó que otra cosa es que un estado democrático, si se da la situación de que se producen abortos, no haya de regular de alguna manera el tema del aborto. No contento con eso, aseguró que la nueva ley puede reducir el número de abortos en algunos casos e incrementarlos en otros. Finalizó sus palabras volviendo a apelar a su condición de creyente para resaltar que lo ideal sería que no hubiera ley del aborto ni abortos.

Como fieles católicos que acatamos la totalidad del magisterio, yo creo que tenemos el derecho e incluso el deber de solicitar a nuestros pastores que hagan todo lo que está en su mano para impedir que sacerdotes y religiosos que ocupan cargos de gran relevancia no solo eclesial sino también social, hagan manifestaciones que chocan de frente con la enseñanza de la Iglesia. No sé si en España hay algún obispo que tenga autoridad directa sobre el abad de Montserrat. Sinceramente no sé si en la orden benedictina existe algún superior que pueda poner coto al escándalo provocado por las declaraciones de don Josep María. Lo que sí sé es que el Papa o más concretamente la Congregación romana de los Religiosos sí tienen dicha autoridad. Y el Papa va a visitar Barcelona en breves días. […]

Si las declaraciones del Abad quedan sin respuesta y sin consecuencias, el problema no estará en el Abad sino en la Iglesia. Es por ello que solicito la intervención de la Santa Sede para cortar de raíz el escándalo que nos produce en muchos fieles el contemplar como uno de sus abades más importantes se muestra comprensivo con las legislaciones abortistas. […] No le queremos decir al Papa ni a la curia lo que tiene que hacer. No es nuestro cometido. Pero sí les pedimos que hagan algo. Y que lo hagan ya, antes de que el Santo Padre venga a España, a Cataluña, a Barcelona. De lo contrario, los fieles que estamos combatiendo con todas nuestras fuerzas contra cualquier ley que permita el aborto nos sentiremos abandonados, olvidados y despreciados. […]

Este autor, y el medio que dirige, llevan años señalando numerosas incongruencias en el discurso de diversos jerarcas de su iglesia, especialmente en el caso del aborto, que les preocupa de forma especial. Su planteamiento es de lo más coherente al exigir que las palabras del papa y los obispos, contundentemente condenatorias con respecto al aborto, vayan acompañadas de acciones que sean consecuentes con las mismas, como las que pide Pérez Bustamante en este artículo. Incluso en este caso llega a poner el dedo en la llaga al señalar que si no se interviene de forma clara, la responsabilidad está en “la Iglesia”, es decir, en el papa y en la Curia.

Ahora bien, Pérez Bustamante y otros exigieron (una vez más) una intervención que, obviamente, no tuvo lugar; pero ellos ni han dado ni darán el paso que en consecuencia cabría esperar: acusar al papa y a la Curia de complicidad con el pro abortismo de Soler. Y aun así seguirán bramando contra los católicos tolerantes con el aborto. La sumisión al jefe de su iglesia es tan fuerte, que ni siquiera cuestiones de principios tan importantes para ellos les harán perder la confianza en su persona y en la institución que encarna. Y no serán capaces de entender que todo se debe a la habilísima estrategia del Principio de Sí Contradicción, dirigida a mantener en el seno de esta iglesia-estado a reaccionarios como ellos, junto a católicos culturales, no practicantes, “progres”, indiferentes, idealistas, etcétera. LEx