El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha decidido que el aumento del contingente español en Afganistán en 450 soldados, que se unen a los 810 que ya había. Esta medida, decidida en abril y hasta ahora considerada temporal, será permanente.
En una entrevista realizada a 'The New York Times', Zapatero explica que "siempre hemos estado dispuestos a proveer topas adicionales a fin de apoyar las elecciones, tal y como estamos haciendo en la actualidad". Pero "si hay necesidad de sostener una presencia más numerosa en Afganistán, estamos dispuestos a hacerlo".
En abril, cuando Zapatero solicitó al Parlamento la autorización para enviar 450 soldados y 40 guardias civiles más a Afganistán, advirtió que el Gobierno "no es partidario y no lo va a ser" de que ese aumento se prolongara más allá de "tres o cuatro meses". […]
Según 'The New York Times', el cambio de opinión de Zapatero responde a la petición de la Administración estadounidense de más apoyo a los aliados. Obama ha cambiado el enfoque de la política exterior de EEUU en Oriente Medio, al convertir Afganistán en el centro de la lucha contra Al Qaeda en detrimento de Irak, donde EEUU ha empezado una retirada parcial de sus tropas. Ayer, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, dijo que EEUU podría acelerar ligeramente su retirada de ese país. Por el contrario, el actual presidente de EEUU ha llevado a cabo una drástica escalada de la Guerra de Afganistán.
En la entrevista, Zapatero no oculta su admiración por Barack Obama y, por defecto, sus críticas hacia George W. Bush. "Las cosas han cambiado una barbaridad", dice, al analizar el relevo en la Casa Blanca. "Creo que Obama es una persona que escucha. Creo que es lo suficientemente humilde como para comprender y lo suficientemente humilde como para entender la diversidad y la complejidad del mundo, en términos de culturas, de modos de vida, de religiones; en términos de diferentes perspectivas en un orden mundial". Y concluye: "No es tanto una cuestión de qué puede hacer Obama por nosotros, sino de qué podemos hacer nosotros por Obama".
La oposición a la guerra de Irak ha venido siendo un clamor universal desde su gestación a finales de 2002 y desde su desarrollo a partir de 2003. Zapatero prometió retirar las tropas españolas de ese país, y lo cumplió al llegar al poder. Pero su gobierno hace cinco años que es cómplice y partícipe de otra invasión, la de Afganistán, para cuyo inicio se tomaron como excusa los atentados del 11-S, que la engañosa versión oficial atribuyó de forma automática a Bin Laden (ver Torres Gemelas: ¿Quién la tiró?), supuestamente protegido por los talibanes.
Es cierto que hay algún elemento diferencial entre Afganistán e Irak: en contraste con la segunda guerra (que fue un auténtico golpe de estado planetario), la primera fue aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero ello en absoluto justifica éticamente la invasión de Afganistán; sólo hacen que la guerra de Irak sea todavía más injusta y cruel que la primera.
Si ya con Bush España colaboró en esa expansión imperialista, ahora, bajo la fascinación provocada por el fraude llamado “Obama” el seguidismo acrítico y criminal llega a extremos ridículos (ver también Obama en El Cairo: El nuevo rostro del imperialismo). LEx