En estos momentos en los que en las calles las calles de Londres, Barcelona y Turín y Madrid recorren autobuses ateos y cristianos, la última novedad de las campañas religiosas en los autobuses la protagoniza el “autobus musulmán”. La campaña que promociona el islam ha comenzado en el condado estadounidense de Broward en el estado de la Florida donde ya se lee en los autobuses el lema: “Islam: la forma de vida de Abraham, Moisés, Jesús y Mahoma”.
La campaña tiene un presupuesto de 60.000 dólares y ha sido pagada el Consejo de Relaciones Islámicas Americanas. En dicho Consejo han señalado que “les debíamos esto a nuestros camaradas americanos para hacerles saber que el Islam está a favor de la paz. Los musulmanes también estamos aquí y formamos parte de los Estados Unidos de América”.
Esta campaña ha causado indignación entre la población judía y la asociación “Americanos contra el odio” ha sido portavoz de esta comunidad. Su principal responsable Joe Kaufman asegura que “el mensaje de la campaña es erróneo porque implica que Abraham, Moisés y Jesús son todos musulmanes”. Dicha asociación ha pedido sin éxito la retirada de la campaña (de modo que el autobús mulsulmán seguirá paseándose de momento por este condado de Florida), alegando que la misma es ofensiva para la comunidad judía y la cristiana.
Hasta ahora, todos los lemas expuestos en autobuses por las diferentes campañas ateas o religiosas han sido respetuosos. También lo es éste de los musulmanes. Resulta absurdo que haya cristianos o judíos que quieran prohibir a los musulmanes expresar su visión sobre ciertos personajes de la Biblia que aparecen también en el Corán (muchos siglos después, hay que recordar).
Crece cada vez más la tendencia a escandalizarse por la opinión religiosa de otros. La Conferencia Episcopal Española considera que el lema utilizado por los ateos "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida" supone «una publicidad lesiva de la libertad religiosa» y «es objetivamente una blasfemia y una ofensa a los que creen» (comunicado del 23 de enero de 2009).
Pero la misma Iglesia Católica Romana celebra multitud de actos públicos y procesiones en las que se exhiben imágenes de Cristo, María y otros personajes bíblicos como objeto de culto, un uso claramente anticristiano por cuanto es opuesto a la Biblia (ver Una religión sin imágenes). Muchos cristianos genuinos observan con dolor estas procesiones blasfemas, pero respetan a los fieles católicos que celebran sus creencias mediante ellas. LEx