La Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social (CEMCS) invitó a Alfonso Coronel de Palma, presidente del Grupo COPE, a exponer la realidad y el futuro de este proyecto comunicativo eclesial, a los delegados de medios de comunicación de las diócesis españolas, reunidos desde el pasado lunes, 12 de febrero, en su Asamblea anual.
Coronel de Palma afirmó que como medio confesional católico, la postura editorial de COPE cuenta con su ideario, pero aclaró que “la identidad de COPE está marcada sólo por la línea editorial”. Sin embargo, los profesionales del Grupo, que “cuentan con gran tirón social y capacidad de liderazgo, tienen su posición propia”.
A ver, que nos aclaremos… ¡según eso la Cope tiene nada menos que tres líneas ideológicas a la vez! Una, la del Ideario, ignorado olímpicamente cada día en la mayoría de los espacios de la cadena. Otra, la de sus breves mensajes bajo el epígrafe “Línea Editorial Cadena Cope”. Y una tercera, la de sus profesionales estrella, que es sin duda la que realmente llega a la inmensa mayoría de los oyentes.
Pero las preguntas son obvias: ¿Por qué la línea editorial no coincide con el Ideario, siendo que éste es católico romano, al igual que la cadena? Si dicho Ideario no marca la identidad de la Cope, ¿por qué no se elimina, o al menos se esconde, en vez de seguirse enlazando con él en su página web? Y si se mantiene, ¿para qué sirve? (¿Acaso para recordarnos que la Iglesia Católica Romana [ICR], dueña de la Cope, siempre se caracterizó por su constante recurso al principio de sí contradicción, base de su célebre doble moral?).
La realidad es que la propia “Línea Cope”, sobre todo en temas políticos, resulta cada vez más afín a la línea de “los profesionales del Grupo” (las estrellas) y menos al Ideario. Tal vez porque, por encima de los principios, prima su “gran tirón social y capacidad de liderazgo”. LEx
El presidente afirmó que “algunos pretenden montar una imagen grotesca de COPE que juega a dividir”. Sin embargo, Coronel de Palma dijo que “nuestra apuesta es por el diálogo, desde la identidad propia y el amor a la verdad”, y afirmó que “el tiempo y la perspectiva histórica permitirán apreciar el papel que la COPE tiene en el debate social”.
Afirmar que la Cope apuesta “por el diálogo” es como decir que “los armarios vuelan”, que “por la noche sale el sol”, o que “Bush es pacifista”. O sea, una burda patraña. Pero al parecer, Coronel de Palma la suelta con desparpajo. Debe de ser por su “amor a la verdad” (otra “seña de identidad” de la radio que preside).
El mismo “amor a la verdad” que este sujeto ha demostrado en el escándalo Eurobank, entidad de la que era consejero, a raíz del cual ha sido sancionado por el Banco de España por “infracciones muy graves”, incluyendo el «incumplimiento del deber de veracidad informativa debida a los depositantes y al público en general» (BOE, 17.2.07). [El colmo de la ironía es que las declaraciones que aquí apostillamos las recoja favorablemente un medio, también romanista, llamado ‘Veritas’.]
En cuanto al papel de la Cope “en el debate social”, no hace falta esperar más tiempo para constatarlo: difusión del odio entre los españoles, ‘agit-prop’ permanente para echar al gobierno legítimo del poder, uso constante del “cristianismo” como arma de destrucción masiva… Todo con el fin de doblegar al estado y acercar los objetivos de dominación tan caros a la ICR. LEx
Asimismo, el presidente de COPE se refirió a los 2.200.000 personas que forman la audiencia de la cadena, y dijo que algunos se sorprenden de este “lugar en la audiencia y del peso que tiene en la comunicación”. En un “panorama mediático manipulado”, Coronel de Palma cree que “esta compañía desconcierta”, porque “no funciona por tener dinero o poder”, y por eso, muchos se pueden sorprender de que influyan en la opinión pública “éstos, que no son nadie”.
Lo cierto es que la Cope tiene un inmenso poder detrás, y si la cadena funciona es porque, sobre esa base, ha sabido contratar a estrellas tan geniales como carentes de escrúpulos, que a todas horas explotan los bajos instintos de sus oyentes ofreciéndoles la consabida carnaza de odio, inquina y violencia dialéctica. ¡Un escándalo incluso para muchos fieles católicos romanos! La mayoría de los cuales, por desgracia, no son lo bastante valientes para denunciarlo, a pesar de las durísimas amonestaciones dirigidas por el Maestro hacia semejantes provocadores de escándalos (ver Mateo 18: 6-10). LEx
Por otra parte, el presidente reconoció la justicia de algunas críticas, y comentó que sería un “fariseísmo” considerar los “lugares católicos” como “lugares de ángeles”. En este contexto, Coronel de Palma –que había defendido “la dignidad de la persona” y el “bien común” como únicos límites al fin de los medios de comunicación, que debe ser “transmitir la verdad de las cosas”–, reconoció que “el cumplimiento íntegro” de esos límites no se da.
Lo que es un repugnante fariseísmo, propio de alguien tan perverso como este Coronel, es tolerar que ese “lugar católico” llamado Cope sea desde hace años, no ya un lugar ajeno a los ángeles, sino una auténtica cueva de demonios que todos los días se sirven de una plataforma supuestamente cristiana para difundir, con métodos anticristianos, un mensaje por completo opuesto al evangelio de Jesucristo.
Pero este Coronel, los que le secundan en esa cadena, y quienes le respaldan por detrás (Vaticano incluido) harían mal en olvidar la advertencia del apóstol: «No os engañéis; Dios no puede ser burlado: todo lo que el hombre siembre, eso también segará» (Gálatas 6: 7). LEx