Monseñor Alejandro Goic, presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, […] aclaró que, «más allá del juicio histórico sobre su figura, ante la majestad de la muerte inevitable para todo ser humano, la actitud que corresponde es de respeto. Y los que creemos, elevamos una oración por su descanso», explica un comunicado de prensa emitido por la Conferencia Episcopal.
Asimismo, el pastor hizo un llamado fraterno a la comunidad nacional a que «se eviten provocaciones, a favor y en contra del ex gobernante», añade la nota. […]
«Yo personalmente tengo mi propia opinión sobre la falta de respeto a la dignidad humana que hubo en su gobierno. Pero lo que corresponde es vivir estas horas con dignidad», añadió. […] Finalmente, monseñor Goic recordó que «para los cristianos lo más importante es el encuentro con Dios, que tiene misericordia, aun de los más grandes pecadores».
Por su parte, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo de Santiago, […] durante el responso fúnebre que presidió en la mañana de este lunes en la capilla ardiente, ubicada en la Escuela Militar, […] dijo: «Nos convoca el dolor de innumerables chilenos por el fallecimiento de don Augusto Pinochet Ugarte. En circunstancias dramáticas para nuestra patria, sintió el deber de asumir el mando supremo de la Nación. Como todos nosotros, había recibido de Dios muchos dones y tenía debilidades y limitaciones. En esta hora le agradecemos a Dios todas las cualidades que le dio y todo el bien que hizo a nuestra Patria y a su propia Institución, y le pedimos que le perdone los pecados de omisión y comisión que realizó. Sabemos que mientras más alta es la autoridad, más brillan sus cualidades y también sus errores. Le pedimos al Señor, que es misericordioso, que es la fuente de todo bien, que Él lo perdone, tome en cuenta todo el bien que hizo, y lo acoja en su amor y su paz». […]
«Escucha Padre –agregó el Arzobispo de Santiago- nuestra súplica y conforme a tu bondad concédele a los difuntos gozar eternamente de la paz de Cristo, y a nosotros mantennos fieles en tu servicio hasta que un día nos encontremos todos en tu Reino, Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén».
Por si a alguien le cabían dudas de dónde estuvo siempre y sigue estando el Vaticano en cuanto a la dictadura de Pinochet, estas palabras son elocuentes (ver también el artículo Los hombres de Pinochet en el Vaticano, de Juan José Tamayo, publicado en 1999 en ‘El País’, y nuestro texto Reagan, Wojtyla y la Santa Alianza).
Desde una perspectiva cristiana, es cierto que el juicio de una persona en el más allá sólo corresponde a Dios. Pero precisamente por eso los simples mortales no pueden interceder por alguien que está muerto, y cuya oportunidad ya se ha extinguido, para bien o para mal (ver Eclesiastés 9: 4-5). Será en el Juicio Final, una vez resucitado, cuando reciba su sentencia (Daniel 12: 1-2). Además estos prelados parecen olvidar que Pinochet jamás reconoció haber cometido crímenes, ni mostró
el más mínimo arrepentimiento por sus fechorías.
La complacencia y aprobación de estos prelados romanistas hacia una dictadura sangrienta y terrorífica no es más que complicidad con ella; complicidad blasfema, además. LEx